Mi hermano decía: "lo que no se conoce, no se ama". Así es que voy a contarte la historia de la Asociación Solidarios con Nicaragua: cómo se formó y sobre todo, cómo va.
Cuando me prejubilé a los 60 años, mi hermano me escribió una carta pidiéndome que organizara una asociación para ayudar a su parroquia, que se le habían muerto dos hermanas de hambre y una tercera estaba con una anemia ferropénica irreversible.
Yo le dije que para mí era muy difícil, que el papeleo se me daba mal, que era un lío... Siguió insistiendo tres largos años. Yo le decía: "¡Estás loco! ¿no te das cuenta que yo no sirvo para organizar, que siempre he trabajado con críos?..."
Cuando yo tenía 63 años, él hacía sus bodas de oro: 50 años de misionero en centro américa. Se empeñó en que fuera su madrina, fui con Soledad y cuando vi cómo estaba la situación: los niños descalzos y con harapos, viviendo en chabolas (éstas son distintas a las de España: tienen un terrenito lleno de árboles y en el centro su chabola sin luz ni agua... y así calles y calles...) . Me dije: "Si no sé, aprendo y si no me gusta, me aguanto, pero organizo la asociación".
ENCARNACIÓN MATEOS MORENO